Vida

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Tras su desaparición, en 2017, la familia del artista multidisciplinar Julio Juste Ocaña, depositó sus archivo, biblioteca y obra pictórica en el Instituto de América de Santa Fe, para su catalogación, conservación, estudio y difusión. Fruto de esa decisión, se viene realizando una amplia programación de exposiciones sobre la obra de Julio Juste, tanto en la sede del Instituto de América, como en otras instituciones públicas y privadas, siendo, la apertura del Espacio Julio Juste, como muestra permanente de su obra y universo creativo, la más destacada.

Ya en su época formativa, el artista Julio Juste (Beas de Segura, Jáen, 1952-Belicena, Granada, 2017), simultaneaba su especialización en historia del arte, sobre todo en el fenómeno urbanístico, con tareas de diseño gráfico, técnica y práctica del grabado, y la pintura. En el texto de José María Rueda del catálogo de la exposición Las Vegas, de 1982, Rueda hacía referencia a una primera época figurativa de Julio Juste, caracterizada por su admiración hacia pintores como Chagall y Modigliani, y remarcaba el autor del texto, por la precocidad del artista en definir en una etapa tan juvenil, un modo y una actitud ante la pintura que le sería válido para el futuro, y al que permanecería fiel durante toda su carrera. Sucedería a esta primera etapa figurativa, un cambio radical en el planteamiento de su creación artística, desarrollando en la misma, un abstraccionismo geométrico de carácter normativo, dominado por otra de sus grandes pasiones: las matemáticas.

EE.AA de Oficios y Fundación

Su labor como grabador, donde la Escuela de Artes y Oficios de Granada y el Taller de la Fundación Rodríguez-Acosta, serían fundamentales, marcaría una deriva de su primera manera geométrica a una abstracción lírica, materializada en la carpeta Soto de Roma, de 1979, obra en la que huella de artistas como Cy Twombley y De Kooning, del lado americano, y el grupo de Cuenca y Albert Rafols-Càsamada, del español, se harían patentes. Esta forma lírica de entender la pintura abstracta alcanzaría en las obras de las exposiciones Paraíso cerrado, de la galería Antonio Machado de Madrid, en 1981, y la mencionada Las Vegas, de la galería Palace de Granada, sus más altas cotas, al mostrarnos un artista que domina de forma absoluta el color y la forma, con una técnica pictórica digna heredera de la action painting americana. La huella del artista Richard Diebenkorn, irá, por otra parte, siendo cada vez más visible en sus cuadros, sobre todo la del Diebenkorn de Ocean Park.

Desde los 80 a los 2000

En 1985, coincidiendo con su primera exposición neoyorkina, de la galería Tossan-Tossan, se produce un giro copernicano en la manera de entender la pintura por parte de Julio Juste. En Nueva York, ya presentó una serie de papeles y pinturas, donde lo cotidiano y lo figurativo, con cierta influencia pop, pero con la huella del Matisse de los interiores y los bodegones eran comunes. Este figuración vigorosa y colorista, evolucionando hacia un expresionismo con toques pop, muy personal, estarían presentes en su obra hasta el final del milenio. Quizá las exposiciones Tránsitos, de 1986, Reales Sitios, de 1987 y Fandango Club, de 1988, recojan los mejores ejemplos de la pintura en gran formato de los gloriosos 80 de Julio Juste.

En los 90, Julio Juste diversifica sus técnicas y sus preocupaciones estéticas, se vuelve un artista más conceptual, donde el mensaje, muchas veces secreto, que hay detrás de sus telas e instalaciones, a veces se hace más importante que la propia realización de las mismas. La mitología, las esferas celestes, la geometría arquitectónica y los héroes de comic, van alternándose en una producción heterogénea en técnica y planteamientos. Sus visitas al Caribe, la reflexión sobre el Tercer Mundo como crisol de creación, la incursión de las nuevas tecnologías, sobre las que Julio Juste llega a ser un profundo conocedor crítico, completarán la década, y que con el cambio de milenio, dará un nuevo giro a su estilo, acogiéndose de nuevo a la abstracción.

Las exposiciones Pintura es pintura, de 2002, en la galería Sen de Madrid, y Pintura muy frágil, de 2004, en la galería Paupa de San Sebastián, muestran una obra, que se va deshaciendo rápidamente de los referentes figurativos. Las pinturas de la exposición Nebulosa de elegías, exhibidas en las salas del Instituto de América, en 2006, hablan ya de un Juste completamente abstracto, y sirven de colofón para una obra que seguirá evolucionando en la década posterior, hacia un arte experimental, desarrollado en parte en el universo Second Life, y donde la instalación y el arte ambiental recuperan toda una vida de investigación visual y sonora.